LA RONDA
salgo a recibir la noche como un insulto
como una sentencia de muerte
ausculto de reojo
el diario en el bolsillo con su cogote negro
y la raya del pantalón
esa frontera masculina
el resto es simplemente hablar en una calle
dragarse el alma con cierta tolerancia
porque galopa la madrugada
y se nos viene encima el día
y la vida de siempre
que manejamos a desgano
Papá, un inmenso y sentido poeta.
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