domingo, 30 de septiembre de 2012

“Yo creo que ningún poeta puede dejar de querer al surrealismo. De algún modo es la encarnación de un mito de la poesía, que perdura y le da un sentido muy especial a la tarea del poeta. Porque no se trata de una escuela literaria, sino de una concepción total del hombre y del universo: un humanismo poético, en cuyo centro está el hombre, no la divinidad, proyectado hacia lo absoluto, con todos los poderes implícitos en su condición.”   

ENRIQUE MOLINA

sábado, 29 de septiembre de 2012

HORACIO CASTILLO



TUERTO REY

Esta mosca que desova en el pantano
y vuela de mejilla en mejilla, de párpado en párpado,
ha traído la peste a nuestros ojos: ya no vemos
las nubes sobre los techos de la aldea,
la sombra de la garza remontando la corriente.
Pero al atardecer, cuando bajamos a la orilla del río
y el tuerto coronado de oro repite su relato,
descubrimos a través de su boca grandes señales en el cielo,
sangre de su ojo que sueña por la tribu.

IRMA CUÑA



EL CUENTA

El cuenta
gota a gota
su muchedumbre de fantasmas,
y ha repudiado mis manos.

Solamente un día
confundió la voz con un espejo.
Su respuesta fue una ola de arena.

Aún está secando mi piel
y deslumbrando de sílice mi pelo.

ANTONIO ESTEBAN AGÜERO



CANCIÓN PARA SALUDAR AL SOL

Desnudo,
con las manos en alto,
Te saludo.
Con gritos de flores,
y suspiros de hierbas,
te saludo.
Como el joven gallo
de cresta morada que presiente
tu marea en la sombra,
te saludo.
Con la voz,
con el pulso,
con el yo,
desde el nudo
de serpientes azules
y escarlatas
donde surge la sangre,
te saludo.
Como un pájaro ciego,
te saludo.
Como una cigarra moribunda,
te saludo.
Como un viejo lagarto,
y una hoja reciente,
te saludo.
Habitado de semen,
sumergido en el polen,
te saludo.
Con relincho
y susurro,
por el potro y la abeja,
te saludo.
Llovido de lagrimas,
alegre,
vencedor de la niebla,
joven,
puro,
percutiendo tambores,
te saludo.
Como el niño que corre
por túneles oscuros
horadando la noche con las
uñas,
te saludo.
Con la piel,
te saludo;
con cada cabello,
te saludo;
con las vísceras todas
te saludo.
Solitario,
desnudo,
masculino,
da pie en la colina
te saludo.

sábado, 22 de septiembre de 2012

“La poesía arroja tanta oscuridad sobre la muerte como claridad sobre la vida. La verdadera poesía no consuela de nada.”

RENÉ MÉNARD



RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN



LA CERVEZA DEL PESCADOR SCHILTIGHEIM

Para que bebamos la rubia cerveza del pescador Schiltigheim.
Para que amemos Carcassonne y Chartres,
Chicago y Québec, torres y puertos.
Los blancos molinos harineros y la luz de las altas ventanas de la noche encendidas para los hombres de frac y los ladrones.
Y las islas en donde los Kanakas comen plátanos fritos
y bajo las palmeras entre ágiles mulatas suenan los ukeleles.
Islas, dije, las islas, soles rojos, platillos para Darius Milhaud.
¡Tener un corazón ligero! Vale decir, amar a todas las mujeres bellas.
Y una moral ligera, vale decir, andar con gitanos alegres
y dormir en un puerto un ocaso cualquiera y en otro puerto y otro
y andar con suavidad y con desenvoltura de fumador de opio.
Para que a cada paso un paisaje o una emoción o una contrariedad
nos reconcilien con la vida pequeña y su muerte pequeña.
Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos: decir, estuve,
estuve en tal pasión, en tal recodo. Estuve por ejemplo,
en la feria de Aubervilliers una mañana, con un trozo de asado,
una amistad tranquila, la mesa clara, el perro, el buen hablar
y afuera, las verduleras de París chapoteando con los zuecos en la nieve.

Para que bebamos la rubia cerveza del pescador de Schiltigheim
es necesario no asustarse de partir y volver, camaradas.
Estamos en una encrucijada de caminos que parten y caminos que vuelven.

OLIVERIO GIRONDO



APARICIÓN URBANA

¿Surgió de bajo tierra?
¿Se desprendió del cielo?
Estaba entre los ruidos,
herido,
malherido,
inmóvil,
en silencio,
hincado ante la tarde,
ante lo inevitable,
las venas adheridas
al espanto,
al asfalto,
con sus crenchas caídas,
con sus ojos de santo,
todo, todo desnudo,
casi azul, de tan blanco.
Hablaban de un caballo.
Yo creo que era un ángel.

MARIO JORGE DE LELLIS



ERNESTO

Ernesto,
hermano nuestro,
vino nuestro.

Hay que nombrarte en risas, nuez, hinojo,
adoquines cruzados para dormir la siesta
y recostados codos en estaños.

Hay que nombrarte arriba, en un andamio
-de allí te nos caíste--
alegre de gorrión, cantándote vivas madrugadas,
saturando tu pecho de amistades.

Y ahora, dime,
¿de qué alpargata estás en ese mundo,
en esa copa azul, en la mensajería
de estrellas y de vientos?

Hay otro olor a casa en el boliche.
Ya no están los barriles, las mesas malparadas,
ya no está nadie, nada, todo cambió, se fue,
murieron los genioles, todo ha muerto.

Tu paso está en la calle, cruzando el adoquín,
adoquinando el barrio,
mirándote hacia adentro la cara del trabajo.

O en el andamio, cayéndote en estrella.
O en el vinoso amor a los muchachos.
O en nuestro corazón derecho,
recordándote.

BUSTRIAZO ORTIZ



ESTA CAJA AMARILLA
desde lo repugnoso del desvelo desde lo colorado de la
         sien desde los ábrete porque estoy vivo ay vidalita
desde la guitarra embichada desde el engreimiento del
         cielo desde las chaquiras que puse en tus muslos ay
vidalita desde las mesnadas del llanto desde las ínfulas
         de lo que es como piedra desde la embustera porfía
desde el abrepuño amarillo ay vidalita desde lo venenoso
        del bochorno contra el corazón cabal desde el boato
de la cizaña desde lo contra el cuerpo y contra el alma
        ay vidalita desde el racimo del vaso infausto desde
el espejillo donde tus ojos me comen desde la última
visitación desde lo tremebundo de este estar ay vida-
lita desde la musa extraviada desde el tordillo plateado
que perdió la querencia desde los soles que me
hieren porque soy más de las lunas ay vidalita desde la
        sexta que está en un hilo desde esta vihuelada que
en el final es bermellón ay vidalita desde la codicia
        del chupasangre desde el santiamén del olvido
desde la sombra caudalosa desde no sé que, escalofrío y en
        el disturbio de los ojos
                                         ay vidalita

ATILIO CASTELPOGGI



TEORÍA DE SUS OJOS
Los puertos de tus ojos buscándome en el viento.
Las sombras de tus ojos sonando en mi mirada.
Los pactos de tus ojos besándome en mis ojos.
¿Escuchas ya mi nombre llamándote en la noche?
Cascadas de tu risa agitan las campanas.
Las horas del olvido no llegan a mis ojos.
El aire es un reloj que siempre dice algo.
Las voces de tus ojos pegándome a tus ojos.
Empieza el alma a descarnar sus lágrimas.
El puente del otoño se carga de presagios.
¿Es acaso este otoño un símbolo del tiempo?
¿Tu ausencia está fijada al borde de las hojas?
Empieza a sollozar el día su naufragio.
Ha llegado el adiós como un grito en los ojos.
Entre los árboles se sienten los crepúsculos
con sus hembras distantes.
La tempestad del llanto comienza a ser relato.
Entonces ya no hay nada
sino la forma exacta que crece en tu mirada.
El mundo que levanta el mundo de tus ojos
mirando hacia mis ojos.
La boca de tus ojos mordiéndome el deseo
y la aventura nueva
con su nuevo misterio.
El canto de tus ojos.
La lluvia de tus ojos.
La bruma de tus ojos.
El pueblo de tus ojos mezclándose a mi sangre.
Los ojos de tus ojos metiéndose en mis ojos.
Después, sucede siempre, que sobran las palabras.

ANTONIO ALIBERTI



TANTÁLICA

Nos enamoramos de la noche
porque acumula los sueños de días muy largos.
Todo lo acumulado se ve a través de un velo
picoteado por las aves magníficas de la memoria;
pero no hay forma de mirar por las hendijas
que la escarcha va dejando en los ojos de los muertos,
porque los muertos, cuando menos se espera,
salen a caminar por las ramas de los árboles
y, desde lejos, parecen manzanas ahorcadas,
juegos de palabras, signos de interrogación
de preguntas que nadie ha elaborado todavía.
Hay sin embargo un dios en cada uno
y es ese dios que gobierna nuestros actos
cada vez que el cúmulo de días y los sueños
se funden en noche muy oscura,
donde las aves magníficas empollan
sobre un viejo fuego solapado;
y la memoria avanza, nos supera,
se ubica cada vez más adelante,
como un futuro que nunca alcanzaremos,
siempre en fuga,
siempre más allá de nuestras intenciones.

CÉSAR FERNÁNDEZ MORENO



ANOCHE NO DORMÍ

anoche no dormí
mirándote dormir

ahora sí tu rostro
era todo de noche
yo lo besaba a tientas

 te abrazaba despacio
 suave como tu piel
 y seguías dormida

 solamente una vez
 entreabriste los labios

 a ciegas te abrazaba y abrazaba
 nunca me equivocaba

cuando vino la luz
ví que te quería

FRANCISCO PACO URONDO



ARGENTINA

es este un país en el cual se fornica a toda hora
en la hora de la serenidad y en la del peligro
se fornica con esposas propias y ajenas
con parientes
en grupos de toda edad
hombres entre sí mujeres entre ellas
fornican como pueden en este país
en este país se fornica sin alegría
no se ama como uno quisiera
en este país estamos muy tristes
nos ha ocurrido una desgracia
y ahora no hay sosiego en el corazón desorientado
y se tiene miedo
y todos quisieran abandonarse
y claman por una tregua
y no pueden amar como soñaron
ni reconocer que otros vendrán
sin nuestro señorío sin nuestra incapacidad

ROBERTO JORGE SANTORO



XVI

frente a la puerta sentada en el umbral una mujer me
    está esperando
no sé como se llama
es la primera vez que la veo
me mira
nos damos un beso
vamos a tener un hijo

nos llevó mucho tiempo arreglar la ciudad de buenos aires

MIGUEL ANGEL BUSTOS



ARREGLO CON FRUTAS E INSTRUMENTOS DE VIENTO

Naranjos
hasta cuándo serán naranjos las calles del Tigre
y no el corazón de mi amor.
Pulpa de tu tremenda boca la toqué y se me fue por la noche entre
los naranjos volvió para pegarme como la rama más débil
o la ola más fría iniciando la tormenta
Y yo que creí que nos pondríamos juntos en nuestra vida de mil
años.
Trompa apaga la luz que desciendo solo a la ciudad de los
hombres. Apaga lamento de hierro y bronce entre los
naranjos.
Ahí voy lava tu cuerpo y vamos. Ah santa piel joven el mundo
será nuestro.
Silencio con la sorda alegría. Ahora duerme al fin. clarín
entre los naranjos

viernes, 7 de septiembre de 2012

"El poema es un caracol en donde resuena la música del mundo"

OCTAVIO PAZ

FELIPE ALDANA

LOCO   DE   BELLEZA
                  
Para decir un solo poema
uno solo
hay que estar loco de belleza
vivir y respirar
el aire especial que desvanece los pinos
                    
Cuando ya rindieron su gracia
los aromos           
             
Y las hormigas de la lluvia
transportan la noche
en paracaídas transparentes

ALBERTO VANASCO

ELLA EN GENERAL

De buena fe sé que tu sonrisa estalla como
los frutos 
que tu nombre resuena como las declinaciones más
antiguas
que en ti todo se excede como el año se vuelca
que los días te siguen hasta hacerte volar
que tu boca es más suave que los saltos del universo
más dulce que la memoria de las primas que tanto
hemos amado
es en tus ojos donde la luz desata sus mares
es por ti que el mar reanuda su juego
es en tu voz donde la noche amansa sus vientos
propicios
y es en el centro de tu risa donde el día ordena sus
mástiles
 
es a ti a quien la mañana dedica su empeño
a quien prefiere la línea del mediodía
por quien se preparan los hábitos del anochecer

es por ti que cada nombre ha clavado sus anclas
y por quien el año alberga demasiado optimismo

es en tu corazón donde madura lo que está por venir

TILO WENNER

LAS PRADERAS

El tardío desplazamiento, un guijarro en las grandes praderas
extendidas de la miel.
....  "Se va para todos lados" - las hermosas caderas
la mujer las aposenta en el desplazamiento.
"la muerte del guijarro cuando tu miel..." y
sigue cuando la gran falta desata sus motivos inmediatos
El cielo no pasa su color, aúllan los deslizamientos de sus gránulos
no constata si aquello merece una mirada

He compuesto de una manera su ausencia
las caderas hermosas no tienen nada de mayor importancia
Sentarse golpearse un poco las pestañas
Es difícil contemplar la hermosa y ardua presencia del guijarro
en ardua disputa con las hermosas caderas
ardua y difícil horizonte
las hermosas caderas
el guijarro
El horizonte ha enmudecido
Verifiquemos los anuncios
la vida siempre fue
de pronto nada hace falta
¿para anunciar las hermosas caderas, el guijarro;
Ellos necesitan del desplazamiento de los anuncios
"ahora somos esto, el resto aparte: no nos conviene"
Señálese el punto cuando el sol descubre la primera
de las estrellas
es toda la transparencia del horizonte

Entonces para qué nos llama cuando ya estamos entre las cenizas más pálidas,
oh esperanza, tu resistencia a cualquier resistencia: esperanza
Pájaro frío en la puerta oblicua del verano

JUAN ANTONIO VASCO

 
 
LA AGONÍA DE UN PARIENTE

El hombrecito que se inclina para salir por la puerta de su casa
ese agujero de bala cuyos bordes ostentan la pátina de los años
saca primero un ojo luego un brazo
luego una obra en dos tomos
Empuja con todo el cuerpo para agrandar la cavidad de su lenguaje
pero está herido de muerte
morirá dentro de su casa
Un último esfuerzo consigue sacar medio cuerpo por el tragaluz
Su cabeza de plomo fundente cae chorrea sobre la multitud
 

JUAN JOSÉ CESELLI

EL SALTIMBANQUI PRUDENTE

Ya sólo su carne se enrosca y desenrosca como
   el sonido de una flauta
Los ácidos del olvido labran su nuevo esqueleto
Arrojando lejos de su órbita aquella maldita
   espiral de caminos descarrilados entre templos
   y burdeles
 Amador curioso
Ha sobrevivido a todos los laberintos de las
   victorias
Deslizándose por las galerías de la noche contra la
   destreza incomparable de la luna
Encontró su cabeza olvidada
En una oficina de equipajes
Se la devolvieron
Encajaba perfectamente sobre sus hombros de
   fiebre amarilla

JACOBO FIJMAN

MOLINO
Los molinos de imágenes, caminos sin puntos de vista.
Ahora vivo detrás de mi mismo.
Ventanas sobre los astros.
¿Duermen los pastores?
Semblantes contraídos en cera derretida
sobre los muros.
Fogatas.
En pasos de alta voz riñe un humor de perros.
¡Aquí no hay un solo corazón alegre!
Leña húmeda de los crepúsculos eternos.
El dolor es un agua que no se pierde;
pero nosotros nos hemos perdido
como en un gran tonel
de contratiempos sordos, fijos, duros.
Rincones que se enfrían
como un cadáver, en la estancia.
Aurora
en que escupe la rabia más absurda.
Se ha torcido el puente, como una mueca.
Alcohol; salario de estrellas.
Murmuradores a granel.
Silencio entorpecido;
Ah, si ladrara un perro.
Se encaminan las quejas de los Nadie.
¿Duermen los pastores?
Señales; imágenes y muros.
Ruidos de establo;
y se abren más ventanas, pero blancas.
Inopinadamente..

ROMILIO RIBERO

Fragmento de: “LIBRO DE BODAS, PLANTAS Y AMULETOS”

Éste es el lugar donde los soles rompen las hierbas en agosto
y del libro cubierto de secretas pinturas para mi corazón.
Aquí donde alejado el tiempo de sus tristes banderas
hunde sus ramos victoriosos en demoníacas bodas de niños y animales.
Aquí están mis estirpes, la sal del nacimiento, la primera paloma
con el huevo amoroso;
los dioses que bendicen a la tierra con finas mariposas,
el agua con sus flores inmortales,
el baile del destierro por aldeas de bestias desolladas,
las frutas encendidas en piras del perfume.
¡Aquí están mis estirpes con pájaros acuáticos,
caballos y barcas celebrantes!
Y la luna con fábulas altas en púlpitos de ciénagas
y las leyendas de los bosques míos.
Aquí las tejedoras viendo morir la suave fragancia del otoño
entre sus patios.
Y las altas cantoras con ardientes varones en sus cópulas.
Y las que trazan rutas a los primeros astros
y las otras, ya muertas, murmurando plegarias en ávidas arenas
y en colinas de rotos remolinos.
Aquí están mis estirpes en el comercio del hechizo, en los lechos del alba
con cuerpos ambiciosos del sol preso en sus manos.
Oyendo aquellas fiestas de violencias, alucinadas entre jazmineros
y con escapularios de demonios.
Estas son mis estirpes. El orden del reinado.
Las primeras abuelas y los primeros padres
con las primeras lunas y los primeros frutos.
Este es el orden de la descendencia de virtuosos varones,
de elogiadas mujeres entre sus comuniones y sus secretas gracias,
de hechiceras cautivas en la dulce viudez de piedras negras.
De los nobles amigos en el grave linaje de los Libros del Viento.

jueves, 6 de septiembre de 2012

LEONOR GARCÍA HERNANDO


caricia de tu mano breve
el placer, el desdén, el vínculo perverso que retiene a los
desdichados en la pecera del abrazo
breve
el clima de la fiesta se pierde como aguas de riego entre las
franjas del balcón.
La fiesta se apagaba
era el vientre de un insecto luminoso que se sostuvo un
instante en el aire que encierran las manos de un niño